Un faro de Esperanza para una Raya huérfana

Desde el pasado Jueves, día 13 de septiembre, La Raya asiste a una revolución comercial. La inauguración del centro comercial el Faro, situado en el corazón de la Raya, justo en la frontera entre España y Portugal, ha sido un rotundo e incontestable éxito de público desde su apertura.

Los más 66.000 metros cuadrados dedicados al ocio y al comercio constituyen unas instalaciones sin parangón en la autonomía, a la que se sumará muy pronto el Decathlon más grande de dicha autonomía con casi 4.000 metros cuadrados en la Avenida de Elvas.

Por desgracia mientras durante los últimos años los rayanos asistimos a como la frontera de la capital pacense se convierte en punto de encuentro y desarrollo económico, con múltiples inversiones de la iniciativa privada. Como son el Casino, Lusiberia, el Hospital Privado, los hoteles como el AC o el Ascarza, Leroy Merlin o los ya mencionados Decathlon y Faro. Con una importante inversión pública por parte local y estatal en el pasado, IFEBA, la Universidad creada por la diputación, el hospital Infanta Cristina, desdoblamiento de la Avenida de Elvas, la aduana de Caya recuperada para exportaciones... por el contrario las autoridades autonómicas extremeñas solo saben poner piedras y obstáculos en el camino de la Raya y la ciudad pacense al progreso.

Multitud de personas acuden a Badajoz para disfrutar del Faro, desde sus localidades natales, por unas carreteras nacionales tercermundistas por culpa de la no conversión en autovía de las carreteras a Cáceres, Zafra, Olivenza, Huelva y Almendralejo. Para una vez en la ciudad no disponer de una triste Ronda que circunvale Badajoz. La tan necesaria Ronda Sur que tan alejada aparece en el tiempo de prioridades para las autoridades Extremeñas. Todo esto con un faro a cuyo lado los terrenos de la que debería ser la Plataforma Logística del Suroeste Europeo continúan intactos por parte del gobierno regional.

Esto no es impedimento para que las autoridades autonómicas extremeñas, con su presidente a la cabeza, tengan la desfachatez de inaugurar las instalaciones, bandera autonómica de por medio.

Desde aquí no podemos menos que mostrar nuestro más profundo rechazo a que las autoridades extremeñas acudan a inaugurar instalaciones privadas en La Raya construidas pese a su incompetencia cuando no directo boicot. Y más en unos momentos donde recortan inversiones públicas a la Raya que acaban llegando en su lugar a otras localidades. en una próxima entrada nos explayaremos más sobre esto, pero hoy es el día de un Faro que nos muestra el camino a seguir, futuro y progreso en La Raya pese a quien le pese.

Los extremeñistas se preparan para discriminar aún más a La Raya

En estos tiempos de crisis muchos proyectos faraonicos, alejados de la realidad económica y social de la autonomía Extremeña han ido cayéndose por el camino. Un ejemplo podría ser el aeropuerto internacional de Extremadura, intento de las autoridades extremeñistas de usurpar a la ciudad rayana y pacense de una infraestructura con larga tradición en su pasado más reciente.

 

Por desgracia en estos tiempos de recortes generalizados, al menos para la Raya, no todos los delirios de grandeza acaban en la basura, y es que tenemos que asistir a cómo las autoridades emeritenses y extremeñas, que vienen a ser casi lo mismo, siguen empeñadas en sacar adelante un estatuto de capitalidad para la recoleta localidad extremeña. Ya recogimos dichas intenciones en el pasado en esta misma página.

En estos tiempos de falta de inversión pública autonómica nos exigen tributos a la capital, cual vasallos medievales bajo el yugo feudal. Pero no solo eso, es que hay más, como recoge la noticia de El Periódico de Extremadura.

 

"Mérida tiene un baluarte que, de alguna manera, creemos que causan una discriminación positiva", confesó Molina. Un punto de vista que comparte con el el exalcalde Antonio Vélez, emprendedor de la andadura a principio de la década de los 90.

 

Discriminación positiva, ergo si unos pocos van a tener discriminación positiva es porqué muchos otros, con La Raya a la cabeza vamos a sufrir una vez más discriminación negativa.

No les basta con el listado de falta de inversión pública autonómica en la Raya en general y la capital pacense en particular que dejamos aquí no hace mucho. Sino que ahora pretenden oficializar dicha discriminación "sin que moleste a nadie". Todo un detalle.

 

Y todo esto en la misma semana en la que, meses después de cancelar badasom, cuyo presupuesto ascendía a los 350.000 euros. Único festival cancelado en toda la autonomía por la Junta de "extremadura", en aras de la austeridad y el recorte. La Junta de Extremadura tras discriminarnos negativamente como deciamos, a otros los discriminaba positivamente montando unos premios al teatro, los premios Ceres, a celebrar en la localidad de los antipacenses Molina y Vélez, con un presupuesto superior a los 835.000 euros.

 

La consejera justificaba semejante dispendio con estas palabras:

 

"Ha revertido en beneficio de Extremadura, ya que han situado a la región en el centro de las artes escénica de todo el país en un ceremonia que ha llegado a más de 170.000 espectadores".

 

Lo que vendría a ser el recortazo a la Factoría Joven, o dos años y medio de Badasom, invertidos para discriminar positivamente a los de siempre, que a la vista está pretenden seguir poniendose las botas a nuestra costa.

 

No somos Extremadura, y al pasado día de Extremadura y a su no celebración por la ciudadanía, en especial la pacense, me remito.